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Esperanza en las familias de las víctimas jiennenses de la dictadura

 

Adrián Claudio Bonache

La Guerra Civil española y el posterior régimen franquista dejó muchos casos de asesinatos sin resolver, pero las familias de las víctimas de estas etapas históricas ven esperanza en lograr los derechos de verdad, justicia y reparación bajo la nueva Ley de Memoria Democrática. Dicha ley, que entró en vigor el pasado 21 de octubre, tiene como objetivo establecer unas políticas de memoria indispensables para evitar el olvido y la repetición de estos episodios históricos.

Según Amnistía Internacional, “el Estado, aferrándose a argumentos contrarios al Derecho internacional, como le Ley de Amnistía de 1977, no ha investigado ni esclarecido estos graves abusos de derechos humanos”. Sin embargo, con la aprobación de la nueva Ley de Memoria Democrática, se buscará una política pública “que debe recoger y canalizar las aspiraciones de la sociedad civil, incentivar la participación ciudadana y la reflexión social y reparar y reconocer la dignidad de las víctimas de toda forma de violencia intolerante y fanática”, como dicta el Boletín Oficial del Estado.

Memoria democrática en la provincia de Jaén

El presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de la provincia de Jaén, Miguel Ángel Valdivia, afirma que en nuestra provincia hubo más de 3.000 represaliados y víctimas de la dictadura franquista. Sus cuerpos se encontraban repartidos en 28 fosas comunes. “La capital, con tres fosas y algunas tumbas o nichos individuales, es la ciudad con mayor número de víctimas, alcanzando los 1.255 represaliados y represaliadas”, denuncia Miguel Ángel, quien además insiste en que “incluso niños menores de tres años que estaban con sus madres en las cárceles murieron de hambre o enfermedades y también están enterrados en fosas como la 702 de Jaén”.

Además, el presidente expone la parte más dura y trágica de la lucha por la memoria democrática, ya que “cuando se hace la exhumación se ven los esqueletos y el cráneo con el ‘tiro de gracia’ para rematarlos después de haber sido fusilados”. De ahí surge la necesidad de “cerrar el duelo y entregar los huesos a los familiares para que los puedan enterrar dignamente”.

Por otra parte, Miguel Ángel cree que la Ley de Memoria Histórica de 2007, impulsada por Rodríguez Zapatero, tenía algunos obstáculos, pues “el Estado daba subvenciones a las asociaciones, pero éstas no tienen medios, arqueólogos ni médicos forenses para realizar una exhumación e investigación en profundidad”. Por ello, considera que la nueva Ley de Memoria Democrática es necesaria y, hasta ahora, “la mejor ley que se ha aprobado, porque recoge las resoluciones del exrelator de la ONU, Pablo de Greiff, quien decía que las exhumaciones tenían que ser realizadas por el Estado, tanto por el Gobierno de España como por las autonomías y administraciones locales (Diputaciones Provinciales y ayuntamientos)”.

De hecho, señala que este modo de exhumación fue llevado a cabo durante la dictadura, pero “solo para un sector de los represaliados, a quienes llamaron ‘caídos por España’”, debido a que el régimen franquista “tuvo un 5% de los presupuestos anuales destinado específicamente a exhumar a los nacionalistas fallecidos”, añade.

Fases de la lucha por la memoria democrática

La nueva Ley de Memoria Democrática es el resultado de los avances conseguidos progresivamente durante los años anteriores. El presidente de la Asociación para la Memoria Histórica de Jaén explica que han existido tres fases fundamentales a lo largo de la democracia actual: el total de 21.000 millones de euros en indemnizaciones para quienes sufrieron la estancia en cárceles, para las viudas de los represaliados o para los combatientes del Ejército republicano, guardias de asalto o carabineros; la ‘monumentización’ sobre las fosas comunes, donde, a partir de 2006 y 2007, se pusieron los nombres y apellidos de las víctimas; y, por último, el fomento de exhumaciones y de recursos para la memoria histórica, como libros, documentales, películas y un largo etcétera.

De cualquier modo, Valdivia otorga especial importancia a los procesos de exhumación, que comenzaron en el cementerio de San Fernando (Sevilla), siguiendo por los cementerios de San Rafael y el de Nuestra Señora de la Salud (Córdoba). Así, “Jaén y Hueva se van a unir a las exhumaciones después de haber realizado las delimitaciones de las fosas comunes”, donde, en el caso de la ciudad de Jaén se tiene constancia de “tres grandes fosas”, apunta.

Objetivos de la Asociación de Memoria Democrática

Todavía queda camino por recorrer, pero desde la Asociación para la Recuperación de Memoria Histórica de Jaén no contemplan la finalización de su lucha, “porque hay cuatro ideas que siempre llevaremos hacia adelante: verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición”, dice su presidente. Por ello, considera que siempre existirá un mensaje a difundir con el fin de no olvidar los crímenes cometidos en la Historia.

Insiste, además, en la necesidad de facilitar ese conocimiento a la juventud, un objetivo que se está logrando, pues “cada vez son más los jóvenes que están mostrando interés y acudiendo a los actos, especialmente los que se realizan continuamente ante las fosas de los represaliados por la dictadura franquista”.

Finalmente, otorga también una gran importancia y responsabilidad al sistema educativo, encargado de enseñar a los más jóvenes estos sucesos históricos y las consecuencias que dejaron y que siguen vigentes en la actualidad. “Creo que cuando se lo explican existe una mayor implicación en conocer esta etapa que fue impuesta por un golpe de Estado dictatorial”, concluye.

Artículo publicado en Hora Jaén.


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