Alejandra de la Fuente: “Para que la sociedad vuelva a confiar en los medios es necesario dejar de dar voz a todas las personas que generan fake news”
La entrevista tratará algunos aspectos generales del
periodismo, donde también existe abuso, explotación laboral, censura… Alejandra
de la Fuente, periodista que publica investigaciones en el diario Público y
creadora de Mierda Jobs, explica la situación en la que se encuentra
actualmente la profesión y posibles medidas que podrían ayudar a su desarrollo.
¿Qué
te impulsó a crear la cuenta Mierda Jobs y cuál es tu objetivo en ella?
Creé Mierda Jobs porque estudié Periodismo,
no conseguía trabajo relacionado con la profesión, empalmé muchísimos contratos
de prácticas y estaba harta. Encima como yo soy mujer, me ha pasado como cinco
o seis veces que cuando veía un anuncio en Internet me ofrecían sexo a cambio
de dinero y estaba tan enfadada que al final creé Mierda Jobs. Sobre todo
quería demostrar la precariedad, porque si me pasaba a mí teniendo idiomas y
carrera imagina lo que le puede pasar a una persona que no lo tenga.
¿La
censura que sufren los periodistas está relacionada con la crisis de
financiación de los medios de comunicación?
Sí. Está claro que los medios de
comunicación, quitando los medios públicos como RNE o TVE, están financiados
por empresas. Los medios son empresas privadas que reciben dinero de otras
empresas mediante publicidad, incluso certámenes y demás, hay muchas cosas que
no son solo la publicidad, hay otro mundo, otro universo, otro abanico en el que
las empresas privadas meten dinero a los medios. Y cuando tú estás en un medio
privado los intereses económicos pesan porque es la forma que tienen los medios
privados de mantenerse mediante publicidad de otras empresas, y eso condiciona
mucho la censura: qué se dice, cómo se dice y por qué se dice.
¿Es
posible un cambio eficaz a corto plazo en el sistema de financiación?
A corto plazo no lo creo, sobre todo porque
España es un país muy castigado por la crisis económica, igual que la profesión,
entonces se juntan dos castigos paralelos, y acortar una gran parte de
financiación a corto plazo es muy complicado. Se podría tomar medidas como que
los medios recibiesen más publicidad pública o se podría intentar realizar unas
medidas muy concretas sobre la publicidad y estudiar en qué condiciona poner
una publicidad u otra a la hora de sacar noticias, pero a corto plazo lo veo
muy complicado, sobre todo en medios que están muy condicionados y
retroalimentados por otras empresas.
Actualmente
los medios de comunicación necesitan publicidad porque es lo que produce más
ingresos y esto conlleva a depender del capital.
¿Cómo
afecta el oligopolio empresarial a la pluralidad periodística?
Esto se habla en rasgos generales porque
hay muchos medios que se autofinancian, otro tipo de negocio que está teniendo
auge como por ejemplo infolibre o el diario Público, que viven de suscripciones
en su mayoría, su grueso económico viene de ahí, pero en muchos medios cuando
haces una noticia y estás manteniendo a tu plantilla con la publicidad de una
empresa, se tiende a no criticar o no hacer información tan incisiva sobre
dichas empresas, incluso a obviarlas.
Por ejemplo, una trabajadora de Mercadona murió
hace unos meses y muchos medios no lo dieron, y si lo dieron no dijeron que era la
empresa de Mercadona. El problema es que se da la información pero no con toda
la contundencia que se debería dar.
¿Es
un problema que afecta directamente al periodista el hecho de que la gente se
haya acostumbrado a consumir información de forma gratuita?
Absolutamente. Creo que las cosas que son
gratuitas, sobre todo en España, dan la sensación de que no son de calidad.
Entiendo, comparto y apoyo que la información tiene que ser para todas las
personas, independientemente del nivel de renta que tengan, pero con la llegada
de Internet se acostumbra a que todo sea gratuito, que no haya una conciencia
colectiva de que aunque se pueda consumir información gratuita se pueden
suscribir por cinco, cuatro o tres euros al mes. El hecho de pagar algo ínfimo,
algo simbólico, ya le carga de simbolismo a los medios, y por tanto a los
periodistas. Y afecta de forma directa porque si un medio se sostiene de
suscripciones de personas que quieran leer el medio porque confían en esa
información veraz, ese medio será mucho más libre que cualquier medio que esté
pagado por empresas privadas, que estará mucho más condicionado. Eso repercute
de forma directa al periodista porque podrá escribir unas cosas u otras. Además,
un medio que tenga más dinero podrá producir más información y contratar a más
periodistas. Considero que la información debería ser gratuita, pero deberíamos
acostumbrarnos a pagar una cantidad simbólica que permita contratar a más
periodistas y que los medios sean más libres.
La baja
calidad de contenidos periodísticos ha provocado una crisis de credibilidad, la
profesión periodística se ha devaluado y el público cada vez desconfía más de
la prensa. ¿Cómo se ha llegado hasta este punto y cómo hay que trabajar para
ganarse su confianza?
Si nos centramos en España, las fake news se llevan alimentando desde el
año 2012-2014 y esas fake news tienen
nombre y apellidos; se llaman Eduardo Inda, Okdiario... Y si a esas personas no
se les hubiese contratado en otros medios como por ejemplo puede ser La Sexta,
que da altavoz a esas mentiras, esas personas se hubiesen diluido y hubiesen
perdido la credibilidad que tienen porque son personas que en el fondo no
tienen credibilidad pero que la opinión pública sí se la está dando. Si no se
alimenta a lo que llamamos “las cloacas del Estado”, la opinión pública
respecto a los medios será positiva, pero se alimenta a personas que están
generando fake news como Eduardo
Inda, que para mí es el personaje en España que simboliza esa no credibilidad
de los medios, inventándose noticias sobre Podemos y muchos otros temas
solamente para favorecer a una parte empresarial. Si sumamos que otros medios
más grandes les están dando altavoz, puede ser que la gente cuando ve la
televisión o lee el periódico no se fie.
Por ejemplo, condenaron a Javier Negre por
inventarse una entrevista a una persona a la que no había entrevistado y de lo
que no había pasado absolutamente nada. Pero esto pasa en todo el mundo. Si nos
vamos a Estados Unidos tenemos a Trump con toda la mediatización que se hizo a
través de Facebook y todas las fake news
que salieron, y esto es otro punto por el que a nivel internacional también se
desconfía.
Para que la sociedad vuelva a confiar en
los medios es necesario dejar de dar voz a todas las personas que generan fake news y que sea más común que haya
sentencias públicas que obliguen a rectificar sobre las noticias falsas que se
han ido dando.
¿El
hecho de dar voz a personas que difunden noticias falsas ha provocado un
aumento de lo que llamamos “periodismo ciudadano”?
Sí, pero el periodismo ciudadano viene de
la necesidad no solamente de desmentir las fake
news, eso me parece un poco más circunstancial, sino de que muchos medios
se doblan al capital de las empresas y cuentan lo que conviene contar, entonces
el periodismo ciudadano lo que hace es contar lo que los medios no cuentan.
Muchos medios no te van a contar los fondos buitre ni las preferentes de
Bankia. Es la necesidad de contar lo que los medios no cuentan, y las redes
sociales tienen mucho que ver con eso.
¿Qué
consejo le darías a un lector para combatir las noticias falsas?
Recomendaría seguir medios que tengan
credibilidad, que no hayan sido condenados por no ser creíbles. Por ejemplo, a
un lector nunca le recomendaría leer Okdiario por muy de derechas que sea y por
muy respetable que sea. Le recomendaría leer otro tipo de medios que sean de
derechas pero que tengan mayor credibilidad como El Español o El Confidencial,
que me parece un gran medio. Por otro lado, está en apogeo el periodismo de
datos y han salido Maldito Bulo, Maldita Hemeroteca, Maldito Dato, Maldita
Ciencia y otras herramientas para contrastar información que te ayudan a saber
lo que puede ser una noticia falsa. Elegiría medios de calidad y no perdería de
vista las herramientas de verificación que tenemos en España.
¿Existe
la necesidad de que los medios de comunicación trabajen más por sus lectores
que por contentar a los financiadores?
Eso por descontado, y lo deberían haber
hecho siempre. El problema es que tenemos una crisis económica enorme que hace
que, entre otras cosas, los sueldos sean muy precarios y que, por lo tanto, no
paguen por la información. Tenemos un auge de las nuevas tecnologías que hacen
que los periódicos a papel o la radio convencional sean mucho menos consumidos.
Ahora todo tira más a través de periódicos online, podcasts, televisión a la
carta, etc., y ahí es mucho más complicado llegar. Los medios tienen que
sobrevivir porque si no lo hacen no hay información, pero tienen que mirar por
sus lectores aunque sea complicado porque los lectores no pagan, ya que tienen
totalmente asumido que tiene que ser algo gratuito. Los medios tienen que mirar
por sus lectores, pero los lectores también tienen que ayudar a los medios para
que sean libres, y esa es la otra parte con la que no contamos y que es muy
importante.
¿Es
ético que algunos medios de comunicación sigan cubriendo actos donde están
vetados otros medios de comunicación y otros compañeros periodistas?
No me parece ético ni constitucional cubrir
un partido fascista de ultraderecha. Estamos hablando de que hay medios que han
dado voz a un partido que quiere perseguir a las mujeres, homosexuales,
inmigrantes… Estamos hablando de Marine Le Pen aplicado en España, cuando hemos
tenido cuarenta años de dictadura y eso es mucho más preocupante. Que haya
medios que le hayan cubierto y dado voz y, por lo tanto, le hayan alimentado y
provocado que su discurso llegue a las televisiones de las casas me parece
absolutamente anti ético. No lo puedo compartir de ninguna forma. Este partido
de ultraderecha, que no es ni constitucionalista por mucho que se empeñe en
hablar de España, está incumpliendo el artículo 20 de la Constitución Española
que dice que todos los españoles tienen derecho a dar y recibir información
libremente del medio que los españoles elijan. Si estamos hablando de que un
partido está vetando a medios, está limitando la libertad de expresión y de
información de todos los españoles. Es algo absolutamente inconstitucional e
ilegal. Diferente es que España se quiera poner seria con este tema y condene a
este partido, que es lo que se debería haber hecho.
También habría que analizar por qué VOX le
permite a determinados medios darle voz. A lo mejor es que la dulcificación de
la ultraderecha tiene mucho que ver.
Que haya medios que no solo estén
boicoteando a sus compañeros de profesión, sino a toda la ciudadanía española,
yendo a cubrir a ese partido, me parece absolutamente anti ético. Y la
Constitución del 78, con la que tanto se les llena la boca para muchas cosas,
se debería aplicar para todo. No puedes aplicar el artículo 155 y no el 20.
Aplicamos todo o no aplicamos nada.
¿Crees
que España tiene unos medios de comunicación públicos democráticos e imparciales?
No. Los medios de comunicación públicos
están bien, cogidos con pinzas, pero están bien. Si hablamos a nivel nacional,
que serían RTVE y TVE, son medios públicos y que, dependiendo hasta el día de
hoy del bipartidismo que ha ido tomado, han tomado unos intereses u otros, así
que imparciales no son. Lo mismo pasa con las televisiones autonómicas y
regionales. Es cierto que cuanto más se escora a la derecha el partido que está
gobernando, mucho menor es el avance que se ve en los medios.
España
invierte en medios de comunicación públicos por debajo de la media de la Unión
Europea. ¿Crees que es necesario una mayor inversión?
Independientemente de la inversión que se
haga en los medios públicos no quita que si gobierna un partido de derechas va
a derechizar la cadena y si viene un partido de izquierda pasará lo mismo.
Apoyo que se invierta más dinero público en los medios de comunicación públicos
para que haya más calidad, pero invertir más dinero no creo que influya de
forma directa en la ideología de cada partido a la hora de utilizar esos
medios. Creo que se debería firmar algún tipo de acuerdo para que el partido
que gobierne no meta mano en la información pública, que ya va siendo hora.
Desde
que comenzó la crisis económica de 2008 muchas empresas publican propuestas de
trabajo abusivas. En 2011 la Asociación de la Prensa de A Coruña denunció una
oferta que tildó de “oferta basura”, en la que pagaban 53,80 euros al mes. Este
tipo de ofertas de trabajo se siguen encontrando hoy en día. ¿Significa que no
se ha avanzado nada desde el comienzo de la crisis?
No hemos avanzado casi nada, aunque tampoco
quiero ser negativa, hemos aumentado el SMI, pero estamos hablando de que por
ejemplo lo que está pasando desde el comienzo de la crisis hasta ahora no
pasaba en los años anteriores a la crisis, como el hecho de que los becarios
estuviesen ganando 250€ al mes haciendo un trabajo fundamental para la empresa.
Estamos en un nivel en el que nos aprovechamos de mil formas. Nos aprovechamos
de los autónomos que no están ganando un duro, del trabajo de los becarios y estamos
manipulando y falseando los datos. Creo que hemos avanzado entre poco y nada,
sinceramente.
Al
final los más afectados por las consecuencias de la crisis económica son los
trabajadores. ¿Cómo pueden actuar contra este abuso del capital?
Es muy difícil pero hay dos opciones:
sindicarse y denunciar a la Inspección de Trabajo. Lo bueno de esta segunda
opción es que se puede denunciar de forma anónima y de repente un día se planta
un inspector sin saber quién ha denunciado para ver si lo que se ha denunciado
es real o no. Para mí son las dos opciones que deberíamos hacer dentro de las
escasas posibilidades que tenemos.
Publicas
investigaciones en el diario Público. ¿Cómo es su modelo de negocio y cuáles
son las principales fuentes de ingresos?
En Público el 90% de ingresos son de
suscripciones. Nosotros vivimos de los lectores. En el caso de Público tenemos
la publicidad de Google y el número de visitas cuenta, pero nuestra fuente de
ingresos máxima son los lectores. Tenemos suscriptores que pagan cada mes para
que les llegue información, se les hace regalos, se les invita a charlas y
demás. Nosotros funcionamos mucho a golpe de suscriptor. Esto te permite tener
una mayor independencia pero también te hace estar pendiente porque si se te
descuelgan veinte suscriptores es mucho el dinero que se te ha ido. Además, la
plantilla es más pequeña.
Están
surgiendo nuevos modelos de financiación como el de lamarea y nuevos modelos
para estructurar un medio de comunicación como el modelo de eldiario.es. ¿Son
eficaces las nuevas alternativas de medios de comunicación o se debe seguir
trabajando para conseguir un modelo más eficaz para hacer periodismo?
Creo que son eficaces y el modelo que
deberíamos seguir ahora. Lo importante es concienciar a la ciudadanía de que si
quieres información libre tienes que pagar, pero no pagar por ella, sino para
que pueda existir. No es pagar por la información, es pagar por la libertad de
prensa, que es muy distinto. Si conseguimos que la sociedad ayude y apoye a la
información libre, también serán libres porque recibirán información libre.
Para mí, la mejor forma de conseguir los objetivos de los medios de
comunicación es conseguir que la ciudadanía pague por la libertad de
información. Y para mí, el periodismo cooperativo es el nuevo negocio de la
profesión junto al periodismo colaborativo o ciudadano.
Adrián Claudio Bonache
(@otroadri)
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