Dependencia
tecnológica | Fuente: Freepik
Adrián Claudio Bonache (@otroadri)
El documental El dilema de las redes sociales
muestra las consecuencias que tienen las redes sociales en la realidad de las
personas y la vida cotidiana. Del mismo modo, esclarece el modelo de negocio
que las sustenta, basado en la manipulación y la venta de datos, pues
ofrecen su uso de forma gratuita pero realmente uno de los objetivos
principales es lograr un comercio de datos personales para mostrar anuncios
incluso personalizados. Así, muchos de los anuncios con los que se puede
encontrar cualquier persona están ligados a sus gustos, ideas…
Por este motivo, lo importante no es el enfoque en la
tecnología, sino en el sistema social o económico en el que se encarna, según
el teórico político estadounidense Langdon Winner. Cada día es mayor el
número de personas que utilizan las redes sociales, por lo que éstas se han
adoptado como una herramienta cotidiana para informarse, educar, entretenerse,
trabajar… Es decir, la sociedad está envuelta en un sistema en el que impera el
uso de la tecnología y cada vez es más dependiente de ella.
En consecuencia a esta inmensa dependencia, es
necesario tener en cuenta el desarrollo, empleo y uso de la tecnología, pues
afecta en todas las facetas de la vida e incluso puede agravar las
desigualdades y problemáticas surgidas del sistema político. Por ejemplo, la
dependencia a las redes sociales puede vincularse a la dependencia a las
drogas. En el documental se muestra a una familia intentando dejar el móvil
durante la comida y la hija menor es incapaz de estar unos minutos sin el
dispositivo. Se trata de la necesidad de saber que tiene acceso al uso
del móvil en cualquier momento.
¿Por qué necesitan las redes sociales que los usuarios estén atentos al teléfono móvil? Probablemente para mantener ese negocio en el que se sustentan, el cual juega con la psicología humana para crear a las personas en adictas a sus servicios. Cuantas más horas pase alguien en las redes sociales, más anuncios consumirá y más invertirán las empresas para que sus anuncios estén presentes ante los ojos de los usuarios. Incluso WhatsApp, donde no se encuentran anuncios, influye en la psicología humana, por ejemplo con el aviso de que la otra persona está escribiendo, es decir, contestando. Así, en lugar de guardar el teléfono, el usuario continuará en línea esperando la respuesta. Esto se puede extrapolar a cualquier otra red social, donde los navegantes esperan la actualización para consumir cada vez más contenido.
Otro de los ejemplos del documental se basa en el
intento del hijo de estar una semana sin el móvil. Durante muchas horas se
muestra cómo es su vida: no existe socialización con otras personas ni
actividades que no requieran el uso del dispositivo. Finalmente acaba
utilizándolo antes de cumplir una semana, por lo que, una vez más, se muestra
esa enorme dependencia que afecta a otras facetas de la vida como la
socialización.
Por otra parte, las redes sociales también afectan a la autoestima de las personas, dado que el uso de estas vías comunicativas es común también entre menores de edad (en algunas ocasiones sin ningún tipo de limitaciones) y entre ciertos grupos de la sociedad incluso se desarrolla el ciberbullying. Considero que es un tema muy importante que se ha recalcado en el documental, donde se expresa la baja autoestima e inseguridades de la hija menor después de haber recibido un comentario en el cual se criticaba su físico. Por ello, es fundamental estudiar el uso que se le da a las redes sociales, según Winner.
Finalmente, cabe destacar la personalización de las
informaciones comentadas anteriormente. Una sociedad dependiente a las redes
sociales puede ser fácilmente manipulada, ya que la mayoría de las
personas quieren consumir contenidos que respalden la postura adoptada por sí
mismas. Es por ello que existen posiciones políticas e ideales sociales de todo
tipo, pues las informaciones consumidas por cada persona no están
necesariamente sujetas a la realidad social, sino al mundo de las redes en el
que cada persona está inmersa. Se puede decir que el sistema capitalista,
dirigente de este modelo de negocio, moldea, cambia e incluso manipula la
realidad social para que ésta acabe reducida en un marco de “realidad
individual”.
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