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Adrián Claudio Bonache (@otroadri)
Los memes son actualmente conocidos por ser una herramienta
que tiene como uno de sus principales objetivos crear humor. Están extendidos
por gran parte de la sociedad, especialmente entre las generaciones más
jóvenes. Para ello, ha sido fundamental el uso de Internet y las redes sociales
(especialmente desde la década de 2010), que conllevó al auge de foros cuyo
propósito se basaba en facilitar la difusión de todo tipo de contenido,
incluidos los contenidos de tono humorístico. Este fenómeno favoreció a una
gran difusión de imágenes cómicas que se viralizaban fácilmente, creando así el
concepto que hoy en día se conoce como meme.
Por otro lado, el biólogo evolutivo apuntó que “si quieres entender la vida no pienses en légamos vibrantes y fluidos palpitantes, piensa en tecnología de la información”. Es en este proceso de creación, almacenamiento, transmisión y percepción de la información (tecnología de la información) donde se encuentra la revolución digital que actualmente acoge nuevas formas de expresión social, cultural e informativa.
El neurofisiólogo estadounidense Roger Sperry sostenía
que “las ideas provocan ideas y ayudan a la evolución de nuevas ideas.
Interactúan las unas con las otras así como con otras fuerzas mentales dentro
del mismo cerebro, en cerebros vecinos y, gracias a las comunicaciones
globales, también en otros cerebros lejanos y ajenos”. Por lo tanto, a través
de esta descripción de las ideas construye un pensamiento argumentado en
relación con la defensa de una forma de expresión social perfectamente
compatible con el fenómeno del meme. En él, los usuarios vuelcan su creatividad
y, a la vez, ésta facilita la creación de otras ideas que terminan siendo
plasmadas en forma de meme y extendidas mediante las comunicaciones globales
que actualmente recaen principalmente en las redes sociales como canal de
difusión.
Para analizar la cultura del meme es necesario realizar
una diferenciación entre la llamada alta cultura (que son contenidos
elaborados con un mensaje profundo que, en ocasiones, incitan incluso a la
búsqueda de más información sobre el tema que se está tratando) y la baja
cultura (contenidos con mensajes menos elaborados que no abarcan la
profundidad necesaria y muestran una apariencia superficial y frívola). Cabe
destacar que actualmente el uso de las redes sociales como uno de los
principales canales de difusión del meme ha incitado al auge de los contenidos
de baja cultura, ya que en espacios como Instagram o Twitter impera la
inmediatez, la competitividad y las visualizaciones. Estos factores han
proporcionado una mayor facilidad para difundir contenidos cuyo único objetivo
es crear humor, pero que no necesariamente han sido elaborados a través de una
idea bien estructurada. De hecho, muchos memes inicialmente se difundieron sin
un mensaje claro y han sido los propios usuarios los que han creado un
significado a raíz de un contenido que en su origen no tenía sentido. Aquí se
encuentra la cultura del meme, pues una imagen cómica sin significado puede
llegar a ser conocida mundialmente.
Iván Navarro Flores indica en su trabajo Los autores de memes en Instagram y la
mediatización de la música urbana en España que “existe en Instagram
una tendencia a la centralización de la producción de memes en un reducido
número de cuentas que reclaman para sí la condición de autores”. De este modo, se
limita el espacio de producción de memes a una menor cantidad de personas, que
son las más conocidas mediáticamente. Es más, en algunas redes sociales
(especialmente Instagram) ha habido en más de una ocasión señalamientos entre
cuentas dedicadas exclusivamente a la publicación de memes. Todo ello debido al
plagio de ideas o directamente al ‘robo’ del contenido. Estos comportamientos
en el espacio digital demuestran que las redes sociales tienen ventajas y
desventajas, ya que son una vía fundamental de difusión de contenido y facilita
el enriquecimiento de cultura pero, a la vez, los factores que imperan en ellas
facilitan la apropiación de contenido ajeno (más aún en una sociedad de consumo
donde existe un abusivo uso de lo digital y se intenta construir una imagen de
poder mediático, un fenómeno correctamente mostrado en el documental El
dilema de las redes sociales).
En el sentido contrario se encuentra la alta
cultura, es decir, los contenidos más elaborados, profundos y con un
carácter más ‘profesional’, pues muchos de estos contenidos son memes que
surgen de una idea artística correctamente estructurada, diseñada y estudiada
antes de proceder a su creación. Entre los puntos fuertes destacables de este
tipo de contenidos se encuentra una cierta autonomía, es decir, no suelen estar
influenciados por los gustos o expectativas del público objetivo, debido a que
indaga en una faceta informativa (aunque no de forma completa para estar
plenamente informado sobre un tema) que prima sobre una faceta meramente de
ocio. En este aspecto, se puede descubrir cuentas dedicadas a informar sobre
curiosidades y aspectos políticos, filosóficos, económicos, bélicos y un sinfín
de campos diferentes. ¿Y cuál es el motivo por el que ha tenido un impacto tan
grande este tipo de memes? Es difícil encontrar una respuesta concreta para
esta cuestión, aunque, sin duda alguna, es innegable que ofrecen un nuevo
modelo comunicativo que ha logrado adaptarse perfectamente a la digitalización,
siendo un formato bastante atractivo para los usuarios de las redes sociales.
Además, ofrece cultura e información con un tono humorístico, alejándose del
lenguaje informativo convencional propio de los medios de comunicación. No
obstante, se encuentran algunas desventajas, como por ejemplo la escasa
información que se puede plasmar en los memes. Es por este motivo que la alta cultura
del meme puede ser el puente que conduzca al usuario a aumentar su interés por
un determinado tema, pero no tiene la capacidad suficiente para informar de
forma completa y en profundidad sobre un tema específico al consumidor de esta
producción cultural.
Partiendo de esta postura que se aleja de la definición científica del meme, ¿se podría decir que está surgiendo una nueva idea sobre lo que es el meme? Posiblemente, a raíz de las facilidades aportadas por las redes sociales y las aplicaciones exclusivamente centradas en la edición y diseño ha surgido, para un sector de los consumidores de memes, la necesidad de estructurar y replantear los contenidos de forma profunda para ser considerados como parte de la cultura artística.
De cualquier manera, nunca está de más atribuir al fenómeno del meme los méritos y logros que merece. Por ejemplo, las cuentas en redes sociales dedicadas a la producción de cultura de memes en torno a la música tienen el poder de crear comunidad, es decir, agrupar en diferentes círculos mediáticos a grandes grupos sociales con gustos musicales en común, fomentando los debates sobre cantantes, géneros musicales, estilos, composiciones y un largo etcétera. Y no solo en torno a la música, sino que se puede extrapolar a cualquier otro espacio. Por esta razón, los memes funcionan también como una herramienta más de comunicación no solo entre el usuario que publica el contenido y su audiencia, sino que también entre los diferentes usuarios con aspectos en común.
En definitiva, el meme se ha adaptado perfectamente a la digitalización de la información, a sus cambios y renovaciones. Quizá por este motivo la cultura del meme se ha enriquecido de forma constante desde hace más de una década y los contenidos de la baja cultura han obtenido un gran impulso en las redes sociales. Por ello, es incuestionable que este formato ha llegado a la rutina mediática para quedarse y para prevalecer como un tipo de información más novedoso e interactivo que el modelo tradicional. No obstante, es conveniente prestar atención al debate social desarrollado en el marco de la definición de cultura, puesto que, como se ha comentado anteriormente, con la comodidad aportada por las redes sociales y las aplicaciones de edición gráfica, parte de los consumidores de este tipo de contenidos se aleja de la definición científica que otorgó Richard Dawkins al meme.
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