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La prensa española durante la Transición: contextualización y prácticas posteriores

 

Adrián Claudio Bonache (@otroadri)


1. Introducción

Durante la década de 1980 se iniciaron muchas investigaciones y análisis sobre el papel de los medios de comunicación en la Transición Española, desde la muerte de Francisco Franco en 1975 hasta la aprobación de la Constitución Española en 1978, que sigue vigente a día de hoy. Esta etapa histórica tiene un gran peso de investigación en el campo del periodismo porque supuso el cambio de un régimen dictatorial hacia el intento de democratización del sistema político y social. 

Analizaremos tanto la necesidad de los medios de comunicación en cualquier democracia (como arma de defensa de los más vulnerables), como algunos valores democráticos que no se han alcanzado en el sistema político actual y las diferentes dinámicas informativas que los medios han adoptado para denunciar (o dejar de hacerlo) las injusticias sociales y los abusos de los diferentes poderes que oprimen a las masas populares.

En este trabajo contextualizaremos el origen de la conciencia social y de la prensa respecto a la libertad de información, remontándonos a los años sesenta y profundizando, especialmente, en el Decreto de Prensa de 1938, un año fundamental para entender el desarrollo de la información y las formas de difusión de la información durante las décadas posteriores.

Por último, es necesario exponer el nivel de libertad de expresión y de información recogido en la Constitución Española de 1978; así como los homenajes y la defensa del periodismo involucrado en la transición, contando con la conciencia de la ciudadanía e intentando expandir la opinión pública.


2. Los medios de comunicación en una democracia

Los medios de comunicación tienen la función de servir al pueblo, cuidar la opinión pública y facilitar su difusión para que, desde las instituciones, pueda ser representada. Es por eso que los medios siempre han sido un arma esencial e indispensable en cualquier democracia, pues la propaganda y desinformación son las principales herramientas de un sistema político para mantener a la ciudadanía manipulada y servil. El poder informativo tiene la labor de vigilar al resto de poderes y conseguir que la sociedad, que sufre las medidas políticas y económicas, esté informada de las decisiones que toman estos poderes.

Durante la etapa final del Franquismo y la Transición Española no existió una fuerte “política comunicacional” porque, ante la falta de unas instituciones democráticas y la inestabilidad política y social, los medios de comunicación adoptaron más un papel político para la concienciación de la ciudadanía y para presionar al resto de poderes a optar por un camino alejado de la represión y autoritarismo franquista, que un papel comunicacional.

Por ello, desde 1975-1978, las televisiones y radios realizaron una gran variedad de programas que contaban con la presencia de los políticos que tenían en su mano hacer que el régimen franquista fuese historia. Solamente así se podría intentar llamar la atención de la sociedad al ámbito político y marcar el objetivo de democratización en la agenda pública y política. En estos tiempos también abundaron las ruedas de prensa, consiguiendo así que los ciudadanos conociesen las diferentes ideas que se abarcaban desde cada partido político. Así consiguió el poder informativo fijar en la agenda política unas determinadas temáticas y asuntos importantes en el desarrollo de la vida social.


3. Contextualización de la situación de la prensa y su intervención en el espectro político y social durante la Transición Española

Tras la muerte de Francisco Franco, la ciudadanía española estaba muy interesada en informarse sobre los posibles destinos que decidirían el futuro del país. En este aspecto, los medios de comunicación reforzaron este interés e intentaron generar en la opinión pública una esfera placentera a pesar de la ausencia de instituciones democráticas.

Para comprender la calidad y libertad de la información tras la muerte de Franco es importante recordar los años sesenta, cuando los cambios políticos, económicos y sociales levantaron conciencia en una gran parte de la sociedad que hasta ese momento no tenía. Además, hubo avances en materia cultural, que llegaron de la mano de piezas periodísticas de Revista de Occidente, Cuadernos para el Diálogo y  Atlántida, entre otros.  La revistas fueron en este momento el principal apoyo mediático a un cambio que dejase atrás el régimen dictatorial. A esto se sumó también el apoyo a una transición democrática por parte del ala católica más progresista y la toma de conciencia de algunos intelectuales de la época como García Enterría, que reflexionaron sobre algunos temas de interés social como la propiedad, las libertades o la justicia, que en aquel momento brillaba por su ausencia.

El Decreto de Prensa de 1938 persiguió a la actividad periodística. Así quedaba reflejado en el Boletín Oficial del Estado:

1. Incumbe al Estado la organización, vigilancia y control de la institución nacional de la Prensa periódica.

2. En el ejercicio de la función expresada corresponde al Estado:

-          La regulación del número y extensión de las publicaciones periódicas.

-          La intervención en la designación del personal directivo.

-          La reglamentación de la profesión de periodista.

-          La vigilancia de la actividad de la Prensa.

-          La censura mientras no se disponga su supresión.

















Decreto de Prensa 1938




















Control del Estado a partir del Decreto de Prensa 1938


La situación de la prensa durante este período fue esencial para que los medios de comunicación defendiesen una transición democrática entre 1975-1978 y se convirtiesen en un espacio de protesta donde las ideas estaban bien definidas adoptando una posición determinada.

Según Bischoff, entre 1974-1975, la prensa española se enmarca en tres líneas diferenciadas:

-          Periódicos como Pueblo o El Alcázar representan la continuidad del régimen franquista con pequeñas reformas en aspectos determinados.

-          ABC se encuentra entre los periódicos que defienden reformas estructurales.

-     Informaciones, Ya y La Vanguardia no se oponen de forma clara y abierta al régimen franquista, pero defienden una apertura política y una reforma estructural del Franquismo.

-        Las revistas, como hemos mencionado anteriormente, fueron las que se opusieron con mayor claridad al régimen, informando sobre su caducidad como sistema político.

“En el período que se extiende entre la subida de Adolfo Suárez al poder y la proclamación de la Constitución, insistiendo, por un lado, en el apoyo que prestan al gobierno diarios y revistas como El País, Diario 16, Triunfo y Cuadernos para el Diálogo. Publicaciones que contribuyen, además, al triunfo del PSOE y a la legalización del PCE, y, por otro, en su aportación para la aprobación de las Cortes en noviembre de 1966 y en Referéndum nacional de diciembre del mismo año, de la Ley de Reforma política. La postura se mantiene en las elecciones de junio de 1977, colaborando en la consolidación del proceso de democratización frente a la oposición de la izquierda radical”, añade Bischoff, que destaca el papel de los medios en defensa de posturas moderadas, distanciándose así de las corrientes ideológicas más radicales.

Además, menciona la posición de los distintos diarios y revistas con los partidos políticos: “la prensa asume un claro compromiso con los distintos partidos: la cadena del Movimiento, casi todos los periódicos diarios, muchas revistas de titularidad privada, y el diario Pueblo, apoyan a la UCD. Triunfo, Cuadernos para el Diálogo, El País, Cambio 16 y Diario 16, se muestran en general favorables a los partidos socialistas mientras que Ya y ABC se inclinan por Alianza Popular. El Alcázar, por su parte se identifica con las fuerzas franquistas”, afirma Bischoff.

Por otra parte, entre 1975-1978 se incorporaron nuevos modelos informativos en el escenario periodístico, al igual que en las agencias de noticias, y se crearon nuevos grupos de comunicación.


4. Valores democráticos después de la Transición Española

Si bien es cierto que esta etapa conllevó un notable cambio de la situación tanto política como social, no se puede afirmar que se consiguió una libertad total en materia democrática, pues existen diferentes maneras por el que desde los intereses políticos partidistas y el poder económico se imponen severas limitaciones a los derechos y libertades. Los frutos del período de transición, que se ven reflejados en la Constitución Española aprobada en 1978, establecen una denominada “democracia burguesa”, lo que evidencia el fracaso de cualquier intento de implantar una democracia fuerte y consolidada, pues el verdadero carácter democrático no es posible sin contar con la defensa de las clases populares.

Esta Constitución ha sido el pilar fundamental para frenar la necesidad de recorrer un camino esencial para lograr el pleno carácter democrático. En ella se encuentran artículos muy lejanos a la igualdad y el progreso, especialmente relacionados con las injurias contra la Corona o la opresión de los pueblos bajo el “interés general de España”.





Así informaba Okdiario sobre la segunda condena contra Pablo Hásel, con la única intención de sostener el régimen establecido tras la Transición.

En el artículo 20 de la Constitución se recogen los siguientes derechos:

a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.

b) A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica.

c) A la libertad de cátedra.

d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades.

2. El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa.

3. La ley regulará la organización y el control parlamentario de los medios de comunicación social dependientes del Estado o de cualquier ente público y garantizará el acceso a dichos medios de los grupos sociales y políticos significativos, respetando el pluralismo de la sociedad y de las diversas lenguas de España.

4. Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título, en los preceptos de las leyes que lo desarrollen y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia.

5. Sólo podrá acordarse el secuestro de publicaciones, grabaciones y otros medios de información en virtud de resolución judicial.

Dependiendo del grado de libertad, nuestra sociedad y medios de comunicación pertenecerían al grupo de Persuasión social de masas, que se ubica en aquellos regímenes democráticos donde existe la libertad de opinión e información en su plenitud y donde los medios de comunicación pueden promoverse desde la sociedad, pero la realidad es muy diferente. Condenas como las de Pablo Hásel, exilios como el de Valtonyc y montajes como los sufridos por los jóvenes de Alsasua o los CDR en Catalunya demuestran que la libertad de la que farda un país considerado como un sistema democrático no es tal. En el espacio mediático también existen limitaciones, ya que el discurso hegemónico es impuesto por el capital y cualquier intento de profundizar en las informaciones que afectan a la vida pública y denunciar las injusticias sociales se ve amenazado por el funcionamiento basado en una inmediatez que prima las ventas y el consumo masivo e imposibilita la calidad del contenido, es decir, el poder que un día tuvieron los medios de comunicación ha desaparecido, pues los grandes altavoces de la información no suponen ningún tipo de obstáculo para el desarrollo de lo que se conoce como el régimen del 78. Incluso los medios de comunicación públicos están sujetos a los filtros partidistas del gobierno de turno.

Mientras todo esto sucede diariamente ante nuestros ojos, personas como Eduardo Inda, director de Okdiario, mencionado anteriormente, tiene espacio en las grandes tertulias televisivas. Al mismo momento, los periodistas y medios independientes se ven obligados a bajar la persiana por falta de ingresos y reconocimiento.


5. Actuación de los medios de comunicación ante las injusticias sociales

En el caso de Tamara Carrasco, CDR acusada por terrorismo que finalmente quedó absuelta, muchos medios de comunicación aprovecharon la ocasión para avivar el conflicto social, sin un ápice de interés por buscar la verdad, como hizo Las Voces del Pueblo. Sin embargo, otros medios de comunicación como Público denunciaron la facilidad con la que en esta “democracia burguesa” se acusa de algún tipo de delito a las personas disidentes del sistema.






En el momento que los medios de comunicación se posicionan al servicio del capital o funcionan por y para fines partidistas, automáticamente dejan de hacer periodismo combativo y se desprenden de una esencia democrática a disposición de las clases populares. Los funcionamientos mediáticos que siguen esta tendencia están abocados en terminar en meras herramientas de propaganda y de adaptación del capital. Simplemente resulta ser la falsa libertad de información recogida en el artículo 20 de la Constitución, destacado anteriormente.

 ¿Libertad de información para quién? ¿Cuál es su servicio público? ¿Por qué esas informaciones, que empujan a la tensión social, siguen circulando por la web? Es importante el planteamiento de estas preguntas para que surjan profundas reflexiones sobre ellas.

Según autores como Janowitz, los medios de comunicación reflejan la estructura y los valores de cada comunidad. Y en la práctica, ajena a la teoría constitucional, nuestra comunidad no está ligada a valores colectivos, sino a un individualismo que nos impide avanzar como sociedad, con los medios de comunicación del capital como uno de los principales sectores que imposibilitan cualquier transformación social.


6. Recuerdo y homenaje al periodismo de la Transición

Tal fue la importancia de la prensa informativa en los últimos años de dictadura y durante todo el período de la Transición que en 2020 se realizó un homenaje a la labor mediática y a las principales figuras del ámbito periodístico en aquellos años históricos tan marcados y señalados.

El Museo Revello de Toro, ubicado en Málaga, contó con una exposición artística llamada “Revello y los periodistas” en la que se exhibían retratos de periodistas cuyo papel informativo fue esencial durante la Transición. Estos retratos fueron producidos por el propio Félix Revello de Toro, un pintor español que inició su carrera artística durante el franquismo, cuando solamente tenía 10 años. A los 16 años comenzó su carrera profesional a través de un encargo de una hermandad local.

Por otro lado, en 2018, el Congreso de los Diputados, junto a la Asociación de la Prensa de Madrid, llevó a cabo una jornada titulada “Cuarenta años de periodismo en democracia” como homenaje a la labor realizada en aquellos tiempos tan caldeados y difíciles. En esta jornada se expuso la importancia que supuso que la prensa estuviese unida y “remase en la misma dirección” para alanzar un objetivo común para el desarrollo social y el avance de los derechos civiles bajo unas instituciones democráticas que los garantizasen. Además, Victoria Prego, presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid desde 2015 hasta 2019, destacó  las multas, persecuciones y todo tipo de sanciones que sufrieron los profesionales de la información y sus canales de difusión en el intento de concienciar a la sociedad de la posibilidad de alzarse con los avances de los derechos y libertades.

“Si queremos que haya otros 40 años de progreso, es indispensable un periodismo que diga la verdad, sin cortapisas, y que sea independiente”. “Espero que el papel del periodismo serio y riguroso siga siendo el mismo que tuvo en la Transición”, dijo Anabel Díez, la entonces presidenta de la Asociación de Periodistas Parlamentarios.

Como hemos analizado desde el principio del texto, si bien es innegable el papel fundamental de los medios de comunicación, especialmente de las revistas, para conseguir cambios con la nueva etapa “democrática”, también es innegable que los medios de referencia en el espacio mediático español no se acercan lo más mínimo a la independencia informativa, dado que el poder económico interviene directamente en la información a través de las grandes empresas que financian a los medios bajo la publicidad, uno de los principales pilares de ingresos para muchos medios “informativos”.


7.  La caída de las revistas

Los grandes empresarios vieron en la llegada de la Constitución de 1978 y el nuevo nivel de libertad de expresión y de información una nueva posibilidad de negocio y aumento de ingresos, haciendo que la información se convirtiese en mera mercancía de consumo “basura” (consumir y tirar). Además, la Transición también trajo un nuevo modo de organización en el debate público, es decir, en la esfera pública, donde se construye ni más ni menos que la opinión pública, el factor primordial que siempre han de tener en cuenta los medios productores y difusores de información. Esto desembocó en problemas para que las revistas (mayoritariamente semanales) mantuviesen un número de tiradas parecido al de los periódicos (mayoritariamente diarios), puesto que el número de ventas decreció considerablemente. Ante esta crisis en tiempos de cambio, las revistas se vieron obligadas a desarrollar una nueva estructura de diseño que llamase la atención del lector para el consumo de contenido de calidad que posiblemente una gran cantidad de periódicos diarios no podían publicar debido a la inmediatez que impera en las noticias de actualidad.

Otro factor que impidió que las revistas fuesen foco de atención para la publicidad de las grandes empresas y, en consecuencia, sufriesen una crisis de rentabilidad y desarrollo se basa en la gran cantidad de espacio que habían otorgado al debate intelectual durante los últimos años del régimen dictatorial y todo el período de Transición. En definitiva, tuvieron un papel muy importante en cuanto a despertar conciencia, incluso entre los personajes intelectuales, pero se les hacía demasiado complicado un consumo masivo en una sociedad que posiblemente no estaba preparada para entender un debate intelectual, no por su falta de experiencia, sino por el escaso lenguaje técnico y conocimientos en niveles académicos superiores que, en ese momento, la gran mayoría del pueblo no se podía permitir o directamente no se lo permitían.

Además, con la llegada de una cierta (e insuficiente) libertad, los periódicos diarios generalistas tenían vía libre para fomentar el debate político, por lo que, entre la inmediatez, pluralidad temática de las informaciones, y un campo más amplio de los debates que se podían fomentar, los lectores encontraban en ellos todo lo que en un momento determinado les satisfacía, por lo que no necesitaban consumir los contenidos de unas revistas que para muchos eran difíciles de entender.

La periodicidad también es importante a la hora de analizar factores que pudieron afectar a las revistas. Los lectores tienen sus propios medios de referencia (que en algunas ocasiones vienen determinadas por sus líneas ideológicas). Una publicación diaria puede conseguir más “apego” con el lector que una publicación semanal, por lo que conseguirá que sus lectores más fieles realicen un desembolso económico para comprar el periódico que leen a diario antes que por una revista que leen un día a la semana.


8. Conclusiones

Los profesionales de la información fueron una de las principales vías de comunicación entre el poder y una ciudadanía ansiosa por conocer la situación política y social y el camino que tomaría el país en un momento histórico para trazar un camino democrático tras el sufrimiento que supuso el régimen franquista y un bienestar social y político que pendía de un hilo. Un camino democrático que finalmente no se pudo conseguir debido a la escasa transformación que hubo tras la aprobación de la Constitución de 1978 tanto en materia política, donde prevalece la existencia de ideas franquistas y autoritarias en partidos políticos con representación en el Congreso, como en materia judicial, donde 10 de los 16 jueces que representaron el Tribunal de Orden Público durante el segundo franquismo consiguieron poder en la Audiencia Nacional y en el Tribunal Supremo una vez establecida la supuesta democracia. ¿Transición o continuidad represiva?

A pesar de ello, es cierto que los medios de comunicación aportaron su granito de arena a que se desarrollase una transformación en la que se pasó de los abusos y asesinatos de un régimen dictatorial a los abusos y asesinatos que tienen lugar en un sistema aferrado al Régimen del 78, a lo que han denominado como representación de una “democracia burguesa”. También es cierto que los abusos y asesinatos que se realizan actualmente, día tras día, son silenciados y blanqueados por los medios de comunicación, es decir, si existía un ápice de carácter democrático en el poder informativo, se quedó en 1978, pues en la actualidad solamente podemos encontrarlo en un periodismo independiente y combativo ocultado por los grandes medios de adaptación capitalista.

Hay que destacar la gran intención de las revistas entre 1975-1978 para levantar conciencia de la necesidad de un cambio en el sistema político, dado que publicaron las principales piezas periodísticas donde intentaban denunciar y mostrar la caducidad del régimen franquista dictatorial que impedía alzarse con la democracia. Las piezas de Revista de Occidente, Cuadernos para el Diálogo y  Atlántida supusieron importantes avances en el escenario cultural, que se vio implantado en los medios de información.

Nuestra sociedad y medios de comunicación no pueden posicionarse en la categoría de Persuasión social de masas, ya que la información no llega a ser independiente y libre debido a diversos factores (intereses económicos, partidistas…). Los periodistas contaron grandes proezas durante la Transición, sin embargo, su objetividad era fácilmente cuestionable, pues cada periódico no solo se posicionaba contundentemente en la defensa de la continuidad o de la transición, sino que también lo hacían con los partidos políticos a pesar de ser conscientes de la enorme influencia que tenían sobre la construcción de las opiniones de los lectores.

Este ha sido el funcionamiento de los medios de comunicación durante todos los años posteriores hasta el día de hoy. Cada vez se priman más las ventas (a través del morbo producido por polémicas partidistas dentro de las redacciones que, en ocasiones, caen en el sensacionalismo más antagónico que puede existir hacia el periodismo de calidad).

Las revistas sufrieron la pérdida de relevancia en el espacio comunicacional debido a factores como el espacio dedicado a debates intelectuales, el desembolso económico o su periodicidad (mayoritariamente semanal).

A día de hoy, el sector periodístico sigue teniendo la capacidad de fijar los temas que se han de tratar en la agenda pública y política, pero, por desgracia, no van más allá de la exposición de determinada información, olvidando en algunas ocasiones incluso la contextualización, privando así la toma de conciencia social a través de los contenidos.

El cuarto poder, que recae en los medios de comunicación (si es que a día de hoy queda algo de ese poder), en su mayoría, no tiene función de servicio público, ya que no supone un obstáculo ante los poderes que reprimen y sufren las masas populares. En tiempos de una democracia fallida existe la censura impuesta por el discurso hegemónico del capital, que es otra forma de mantener el control de los principales medios de difusión de algo tan básico e importante en cualquier democracia como es la información veraz para todo el pueblo. Lo que los grandes medios informativos actuales representan, no es más que la posibilidad de controlar el discurso y, en consecuencia, manipular la opinión pública sin necesidad de utilizar balas.

Cambiar todo para que nada (o poco) cambie, porque todo quedó muy bien atado.


9. Bibliografía

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2.  Boletín Oficial del Estado. (1978). Artículo 20. 04/01/2021, de boe.es Sitio web: https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1978-31229#:~:text=Art%C3%ADculo%2020,-1.&text=Se%20reconocen%20y%20protegen%20los,%2C%20art%C3%ADstica%2C%20cient%C3%ADfica%20y%20t%C3%A9cnica

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4.        JOSÉ A. CARPIO. (2017). Qué dice realmente el artículo 155 de la Constitución (y no es suspender la autonomía). 04/01/2021, de rtve.es Sitio web: https://www.rtve.es/noticias/20171002/significa-aplicar-articulo-155-constitucion-cataluna-no-suspender-autonomia/1619100.shtml

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6.        Las Voces del Pueblo. (2020). La terrorista callejera separatista Tamara Carrasco que dio directrices para bloquear Cataluña niega los hechos ante el Tribunal. 04/01/2021, de lasvocesdelpueblo.com Sitio web: https://www.lasvocesdelpueblo.com/la-terrorista-callejera-separatista-tamara-carrasco-que-dio-directrices-para-bloquear-cataluna-niega-los-hechos-ante-el-tribunal/  

7.        Diego Barcala. (2020). Los altos cargos del franquismo que acabaron mandando también en democracia. 05/01/2021, de desmemoria.eldiario.es Sitio web: https://desmemoria.eldiario.es/cargos-en-democracia/

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9.        Sergio J. Valera. (2018). Del exitoso periodismo militante de la Transición a la precariedad y sumisión actuales. 05/01/2021, de apmadrid.es Sitio web: https://www.apmadrid.es/comunicado/del-exitoso-y-militante-periodismo-de-la-transicion-a-la-precariedad-y-sumision-actual/

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