Adrián Claudio Bonache (@otroadri)
La aceptación de la muerte
como etapa vital es primordial para conseguir un final digno sin dolor ni
sufrimiento para los pacientes. La eutanasia
tiene gran peso en la agenda pública y política al tratarse de un avance para
la condición humana que ya ha sido legalizado por los gobernantes.
Se conoce como eutanasia
los actos u omisiones de los sanitarios sobre pacientes terminales con el fin
de no prolongar artificialmente la vida de personas destinadas a sufrir hasta
su último suspiro debido a enfermedades que le provocarán una muerte que no
tiene que ser necesariamente inmediata.
Actuación contra la muerte indigna
120.000 personas se enfrentaban en España a una muerte inminente en 2005. A día de hoy,
16 años después, se siguen considerando como meras cifras y no como personas
que estaban sufriendo un enorme dolor durante sus últimos días de vida en cuidados paliativos.
Algunos doctores se negaban a suministrar mayores dosis de
analgésicos por “posibles efectos
secundarios” en unos pacientes a los que, lejos de garantizarles una
recuperación, no le podrían prolongar la vida durante demasiados días.
Un estudio del Instituto de Investigación Sanitaria Gregorio
Marañón afirma que un 70% de los pacientes agonizó sin ayuda médica suficiente;
el 30% no obtuvo analgesia ni sedación y el 40% recibió analgesia limitada.
Además, solo se suplementó oxígeno al 76% de los pacientes con dificultad
respiratoria. El propio estudio manifiesta que estas personas “morían extenuados”.
Cada año mueren 370.000 pacientes de los cuales 120.000
necesitan cuidados paliativos, pero 90.000 de ellos no los reciben, es decir,
solo 30.000 pacientes tienen estos cuidados. Por ejemplo, apenas llegan al 30%
de los enfermos de cáncer.
Regulación de la eutanasia a nivel nacional y autonómico
En 2001, la que en ese momento era ministra de Sanidad, Ana
Pastor, anunció un plan político con nuevas medidas y regulaciones para luchar
por la muerte digna a nivel nacional, pero todo quedó en simples palabras.
Finalmente, el 17 de diciembre de 2020, el Congreso aprobó la ley de regulación de la eutanasia. Ahora, los pacientes terminales podrán morir dignamente.
Las leyes aprobadas a
nivel estatal son:
- Real Decreto 1030/2006 que establece la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud.
-
Real
Decreto 124/2007 de regulación del Registro Nacional de Instrucciones Previas y
Fichero Automatizado de Datos.
-
Ley
Orgánica de regulación de la eutanasia, que da una respuesta jurídica,
sistemática, equilibrada y garantista, a una demanda sostenida de la sociedad
actual como es la eutanasia.
A nivel autonómico
se han propuesto y desarrollado algunas leyes para frenar el dolor de los
pacientes terminales. Estas leyes, en orden cronológico, son las siguientes:
- Andalucía (2010): Derechos y Garantías de la Dignidad de la Persona en el Proceso de la Muerte.
-
Aragón
(2011): Derechos y Garantías de la persona en proceso de morir y de la Muerte.
-
Navarra
(2011): Derechos y Garantías de la dignidad de la persona en el proceso de la
muerte.
-
Canarias
(2015): Derechos y Garantías de la dignidad de la persona ante el proceso final
de su vida.
-
Baleares
(2015): Derechos y Garantías de la persona en proceso de morir.
-
Galicia
(2015): Derechos y Garantías de las personas enfermas terminales.
- Euskadi
(2016): Garantía de los derechos y de la dignidad de las personas en el proceso
final de su vida.
-
Madrid
(2017): Derechos y Garantías de la dignidad de las personas en el proceso de morir y de la muerte.
-
Asturias
(2018): Derechos y Garantías de la dignidad de la persona ante el proceso final
de su vida.
-
C.
Valenciana (2018): Derechos y Garantía de la dignidad de la persona en el
proceso de atención al final de la vida.
Casos de lucha por la despenalización de la eutanasia
- La primera persona en reclamar la eutanasia en España fue Ramón Sampedro después de 30 años pidiendo su muerte debido a su tetraplejia. Tomó cianuro y falleció el 12 de enero de 1998.
-
José Antonio Arrabal, enfermo de ELA, grabó su suicidio
como muestra de lucha por el suicidio asistido y la eutanasia.
-
Maribel Tellaetxe padecía alzhéimer y pidió su propia
muerte cuando no reconociera a su familia. Luchó durante años para legalizar la
eutanasia.
-
María José Carrasco tenía esclerosis múltiple. Tras 30
años luchando contra esta enfermedad, su
marido, Ángel Hernández, le asistió
pentobarbital sódico un día después de la grabación donde explicaban los
motivos por los que María José quería morir.
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