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Un pacto de prosperidad… ¿o de continuidad?

Es hora de poner en el centro de la mesa los temas realmente importantes y que afectan directamente a los ciudadanos
Acuerdo de Gobierno de coalición entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias | EFE



Adrián Claudio Bonache (@otroadri)

Tras el castigo impuesto a la sociedad española, llega el comienzo de un nuevo camino para trabajar por un futuro digno, con muchos aspectos que mejorar y demasiados problemas que afrontar. Hace menos de siete meses llamaban a votar a las masas para “frenar a la extrema derecha”, pero la ausencia de un acuerdo para conseguir un pacto progresista desembocó en la repetición de unas elecciones que la ultraderecha esperaba con los brazos abiertos. Las elecciones de este mes de noviembre no han servido para algo diferente a lo que se podría haber conseguido desde el 28 de abril, sino que ha impulsado a la extrema derecha a tener una mayor representación institucional.

El fascismo ha conseguido tres millones y medio de votos que les han consolidado como tercera fuerza política. Tres millones y medio de votos para seguir creando odio hacia lo “diferente” y para avivar el conflicto social. Esta ha sido la consecuencia de los actos e ineptitud de los políticos españoles para frenar ese fascismo que tanto parecía preocuparles en abril.

A pesar de todo, los votos para la ultraderecha han provocado el declive de Ciudadanos y, a la vez, han hecho posible la entrada de Unidas Podemos a un Gobierno de coalición. Este momento ha llegado demasiado tarde pero, al final, Pedro Sánchez ha aceptado que actualmente el bipartidismo no tiene cabida en España y era necesario alejarse de la idea de gobernar en solitario para no llegar a unas terceras elecciones generales consecutivas en las que la derecha posiblemente arrasaría.

Este pacto nos debería hacer celebrar con esperanza que un Gobierno de coalición fuerte es posible, pero ese sentimiento se desploma cuando escuchamos a Ábalos afirmar que han frenado a la ultraderecha poco después de que su partido fuese uno de sus impulsores, cuando hace un “análisis” con la única intención de culpabilizar de lo sucedido a UP o cuando te das cuenta que hace una semana estaban tirándose piedras y hoy están deseando pactar.
Con la situación política actual, en la que los representantes del PSOE solo buscan sillones entre batallas de vanidosos, es difícil pensar que conseguiremos un Gobierno fuerte que sea capaz de enfrentarse a los aspectos básicos para el bienestar social.

No podemos olvidar el papel y la responsabilidad que han tenido algunos medios de comunicación en este escenario político, ya que también han sido culpables del auge del fascismo que viene sin pudor y cada vez más envalentonado. Necesitamos unos medios de comunicación libres y democráticos donde el fascismo no tenga el más mínimo espacio ni altavoz.

Ha llegado el momento de empezar a presionar a las élites y trabajar para la clase obrera, que a día de hoy es huérfana políticamente, a la que se le dejó de lado hace décadas y que lo único que ha recibido ha sido represión cada vez que se ha levantado contra el opresor. Es hora de poner en el centro de la mesa los temas realmente importantes y que afectan directamente a los ciudadanos: recesión económica, pensiones, alquileres accesibles, aumento del SMI, educación y sanidad pública, explotación laboral, violencia de género, presos políticos… Y para conseguir avanzar en todos estos aspectos no necesitamos discursos populistas ni queremos tanta palabrería. Lo que realmente necesitamos es un Gobierno decidido y que esté a la altura de representar a la ciudadanía.




Comentarios

  1. Buenas reflexiones. Hay que parar al fascismo sin intereses torticeros. Decía Goya en uno de sus cuadros "El sueño de la razón produce monstruos". Pues el monstruo, ya está entre nosotros

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